La absorción de estos productos, aunque sea en cantidades muy bajas, pueden causar un envenenamiento en el gato.
Debemos saber además que las intoxicaciones pueden ser muy leves o
severas, en cuyo caso podría producirse la muerte del individuo. Las más
comunes son la pipeta fipronil para gatos y la permetrina.
Cuando un gato padece una intoxicación, lo más recomendable es acudir inmediatamente al veterinario para que lo hospitalicen y se quede en observación, a no ser que presente un cuadro muy leve.
También
dependerá de la sustancia que haya ingerido, según el caso será tratado
con los antídotos apropiados y se le aplicarán por medio de los fluidos
intravenosos para limpiarle totalmente su organismo.
El veterinario lavará el gato
para poder quitarle los restos del líquido de la pipeta que no hayan
sido absorbidos, para prevenir que le causen convulsiones. Una vez que
haya hecho todo esto, le aplicarás el tratamiento que considere
necesario para los síntomas posteriores que haya manifestado y que hayan
afectado el sistema digestivo, hepático, renal o el sistema
neurológico.
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